19.11.11

Exhibición: Espacios Privados 2 (fe-male), 2004

Exhibición: Espacios Privados 2 (fe-male), 2004


por Cacheila Soto González, Galería La Pintadera, San Juan, Puerto Rico.

Cacheila Soto y sus espacios privados: Maniobras, espejismos y proyecciones

Ensayo por Enrique García Gutiérrez

San Juan de Puerto Rico, 31-1-2005

Ver y mirar no son la misma acción, por más que compartan tangencias significativas al reflexionar sobre algo o fijar la vista sobre un objeto. Al mirar posamos la vista sobre alguna cosa, de la naturaleza o de las hechas por el hombre; mirar también implica reflexionar, fijarse con detenimiento sobre algo que queremos entender. Ver es acto de la percepción visual, pero sus innumerables acepciones abarcan desde el sentido de la vista, hasta la comprensión de revelaciones ontológicas. Con frecuencia se oye la frase, especialmente en lo que las artes \visuales contemporáneas se refiere: “Estoy mirando, pero no veo lo que tú ves.”

Espacios privados 2, Fe-Male de Cacheila Soto González, es una invitación a entrar en un lugar que exige tanto de la mirada comprometida como de agudezas perceptivas para descubrir el sentido real de sus imágenes, que a primera vista resultan tan evidentes. Sabido es que el trampantojo de esta brillante joven artista es del género que se catapultó por Andy Warhol, y otros artistas del Pop Art, al escenario de la fotografía, artes gráficas y pintura, y no del trompe l’oeil que por siglos se identificó con el realismo académico originado en el Barroco. La imagen de Cacheila está plenamente comprometida con procesos de fotografía, dibujo, medio mixto y pintura que nos tienden la trampa inicial de procesos fácilmente reconocibles, por su parentesco formal con el arte comercial, televisivo y cinematográfico.

La obra que se presenta en esta muestra reafirma la originalidad de su propuesta: desarrolla y enfatiza las tensiones que genera su yuxtaposición de áreas planas de colores intensos, resquebrajadas por contornos de una línea nerviosa y quebradiza, que sugiere un aspecto cartográfico, al mirar de cerca las pinturas. Pero Cacheila Soto fija la prioridad mayor de su obra en un modo reflexivo que destaca la imagen como vehículo de sentimientos y estados anímicos: el despliegue de virtuosismo gráfico, que ciertamente tiene también un rol preeminente en su quehacer artístico, complementa la imagen haciéndose eco de la tramoya sentimental o afectiva que se presenta.



obras de izquierda a derecha: Introspección, Ritual de embellecimiento y In the Blues

En muestras anteriores, la mujer y su sensualidad se han ofrecido como espejo de variados estados de ánimo oscilando entre la sensualidad provocadora y el aislamiento sicológico: en el caso específico de Tribute, dedicada a Marilyn Monroe, se evocaba su imagen como un comentario histórico-artístico de la explotación del icono trágico de feminidad en el siglo pasado. El movimiento pendular entre la picardía y el franco ofrecimiento sexual, de un lado, o de la enajenación evocada por imágenes de melancolía, del otro, siempre sugieren la presencia de la artista como testigo y partícipe de sus pinturas.

Espacios Privados 2, abunda sobre lo ya reconocible de esta talentosa artista. Las tres versiones de Introspección, o el igual número de Ritual de Embellecimiento, y las seis versiones de In the Blues, todas ofrecen la carnada inicial de una hermosa modelo desnuda que, a su vez es bombardeada con luces, colores y motivos gráficos que la revisten en fantasiosa visión. El efecto es uno caleidoscópico que distribuye la importancia de lo visto, entre la imagen inicial que evoca actitudes o gestos de anuncios comerciales de productos costosos, y los accidentes provocados por luces y colores sobrepuestos de la manipulación de los medios contemporáneos de digitalización.

obras de izquierda a derecha: La habitación Gris y Reposo

La inclusión de hombres como modelo s alternos, en esta ocasión, comparte mucho de lo comentado en torno a la figura femenina, pero reduce la esquiva coquetería o la falsa modestia a un grado más recatado. No hay duda que en pinturas como Habitación gris y Reposo, a pesar de que el modelo echado bocabajo sobre una cama lleve pantalones, se ofrezca una pose de ambigua sensualidad y hasta de ambivalencia sexual. La mirada fija y desafiante lanzada al espectador por Maxie y Esperando el primero enmarcado desnudo del pecho hacia arriba y el segundo fotografiado desde un ángulo inferior, centrado en las entrepiernas cubierta por una toalla pone en jaque la repuesta de quien mira y le deja que vea lo que se le antoje.


obra: Esperando

Las maniobras conceptuales y formales de Soto González son de orden artístico: no están exentas de sana malicia y habilidad para crear unos fascinantes espejismos en los que se invierten signos y significados originados en el mundo objetivo, pero que revierten sobre su creadora a modos de proyecciones en un diálogo psiquiátrico, de carácter poético. Es una dialéctica entre el icono y su génesis en la que Cacheila asume en un rol de provocadora al usar sus modelos para adentrarse, l fin de cuentas, en su propia idiosincrasia personal. El enamoramiento con el dibujo y la pintura, con la cámara y los procesos digitales, y su maestría al barajar las opciones que estos ofrecen, le hacen posible la búsqueda de una ficción mimética basada en sus espacios privados y el encuentro de un vernáculo propio de excepcional mérito en la plástica contemporánea.

Soto González, C. (2005). Espacios Privados 2 (fe-male) [Opúsculo]. Galería La Pintadera, San Juan, PR.

No comments: